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RAZÓN PARA CONOCER EL IDIOMA HEBREO

Por: Dr.Ygnacio Diógenes Arias

Considerando que somos Cristiano y la importancia de nuestro líder por siempre, nuestro Dios hecho hombre, considero   que debemos ser íntegro en conocer su parte histórica, al Jesús histórico y creo que por esta razón debemos conocer más la lengua que nuestro señor usó para comunicarse a su pueblo y a sus discípulos, la lengua hebrea.

Las lenguas semíticas (procedentes de las tribus de Sem), se cree que el idioma Hebreo es la lengua madre. Estas lenguas son, además del hebreo, el arameo, el sinaítico, el triguiña, el árabe entre otras. Estos idiomas tienen una antigüedad de más de 4500 años, en comparación del chino con 3500 años o el griego con 3400 años.

A partir del 200 d.C. el Hebreo Bíblico dio paso al Hebreo mísnico o rabínico, la lengua de la Mishná. Era una modalidad de lengua escrita, más dúctil que la bíblica. Con influencias del griego, el latín, el persa y el árabe, desde el siglo IX en adelante se evitó su uso, hasta que a partir del siglo XIX se retoma el hebreo como lengua hablada, debido al regreso de los judíos a Palestina.

El hebreo es la lengua antigua que el pueblo de Israel hablaba y escribía ya a comienzos del primer milenio a. de C. Es la lengua del Antiguo Testamento y de otros textos del pueblo judío. Aunque a partir del período del Segundo Templo los judíos comenzaron a hablar también arameo, griego y luego otras lenguas, el hebreo siguió siendo la lengua de las Escrituras y de la oración, y se llamaba «La Lengua Sagrada». aunque la lengua más usada o popular era el arameo

Sin duda Jesús usó el hebreo misnaíco cuando discutió con los maestros y doctos en las sinagogas (Mc 1.21), en el templo (Mc 11.17) y en los lugares públicos (Mt 19.3). En este contexto podríamos decir que el hebreo fue el idioma literario. Si bien los idiomas antes

señalados figuran como los más plausibles como idiomas que Jesús usó, es menester considerar que en la Palestina del siglo I de nuestra era, Jesús se topó durante sus largas caminatas con gente que hablaba otras lenguas y dialecto: el asdodeo, el samaritano, el fenicio, el árabe, el nabateo y el latín.

Este último, aunque era el idioma de Roma, no figura como idioma importante de la vida de Jesús. Es probable que los habitantes de las pequeñas aldeas como Nazaret lo escucharan en las discusiones entre los soldados romanos; pero nunca llegó a utilizarse como lo fueron el arameo, el griego y el hebreo. Los judíos siguieron estudiando, leyendo y escribiendo en hebreo durante los últimos dos milenios, aunque no era su lengua hablada, ya que era su antigua lengua sagrada.El arameo de la época de Jesús corresponde al período medio. En esa época había varios dialectos del arameo: el arameo de Jerusalén y el Galileo que hablaron Jesús y sus discípulos. Este dialecto era fácilmente reconocible (Mt 26.73). Cuando un Galileo abría la boca no era raro que los judíos de Judea lanzaran una carcajada de burla.

El hebreo tiene casi treinta siglos de historia escrita, a lo largo de los cuales obviamente se han dado diversos procesos de cambio lingüístico, por lo que se puede considerar que el hebreo antiguo y el hebreo moderno, más que una única lengua, son más bien dos lenguas emparentadas.

Sobre todo si se tiene en cuenta que durante muchos siglos el uso del hebreo antiguo quedó limitado a la literatura, a la liturgia y a la academia, por lo que no tuvo la evolución continua y constante que suelen tener las lenguas con su uso a lo largo del tiempo.

Se suele considerar que el período del hebreo antiguo se extiende del siglo X a. C. hasta el siglo IV d. C, durante los que se distinguen 4 etapas, ya que obviamente sufrió cambios a lo largo de esos catorce siglos:

  1. hebreo bíblico arcaico, siglo X a. C. al siglo VI a. C. (del período monárquico hasta el exilio en Babilonia);
  • hebreo bíblico tardío, siglo V a. C. al siglo III a. C. (época de la dominación persa);
  • hebreo de los Rollos del Mar Muerto, siglos III a. C. al siglo I d. C. (período helenístico y romano anterior a la destrucción del templo de Jerusalén);
  • hebreo de la Mishná, siglo I d. C. al siglo III o IV d. C. (período helenístico y romano posterior a la destrucción del templo de Jerusalén);

El advenimiento del período Bizantino (siglo IV d. C.), el idioma hebreo desaparece como lengua de uso común, luego de un período de decadencia que se había iniciado con la última de las guerras judeo-romanas (la rebelión de Bar Kojba) y su posterior exilio de la población judía y prohibición de la religión. Su lugar lo ocupa el arameo, que ya coexistía con el hebreo.

Descubramos algunas peculiaridades de estas lenguas y de qué forma siguen vigentes en la actualidad:

Ambas lenguas se escriben de derecha a izquierda y de arriba abajo. ¿El motivo? Una teoría popular defiende que se debe a que cuando se grababa un mensaje en piedra, la mano más fuerte (normalmente, la diestra) golpeaba con el martillo mientras que la izquierda sostenía el cincel.

Este método habría favorecido la técnica mencionada por motivos de comodidad y manteniéndose la tradición para la eternidad.

El alfabeto hebreo adquiere su nombre a partir de sus dos primeras letras (álef-bet), y se trata de un abyad o alfabeto consonántico que carece de vocales. Para representar los sonidos vocálicos emplean los niqud, unos signos de puntuación que acompañan a las consonantes.

Resumiendo lo planteado, lo cierto es que ambas lenguas han luchado por sobrevivir mientras sufrían cambios con el paso de los siglos. En el caso del hebreo, los siglos de diáspora judía llevaron a la población a adoptar nuevas lenguas, usando el hebreo antiguo con fines litúrgicos. No obstante, con el auge del movimiento sionista se recuperó la lengua hebrea no sin grandes esfuerzos. Este proceso, en el que no podemos olvidar las influencias de otras lenguas y la histórica variedad dialectal del hebreo, ha derivado en lo que conocemos como hebreo moderno. Es en la actualidad la lengua oficial de Israel, hablada actualmente por más de 8 millones de personas, convirtiéndose en la primera y única lengua muerta resucitada.

En cuanto al arameo, la suerte no le ha sonreído tanto: la variedad occidental está al borde de la extinción puesto que tan solo se conserva en algunas aldeas de Siria acechadas por los conflictos bélicos. De la variedad oriental han ido surgiendo dialectos como el neoarameo asirio o el mandeo que se hablan en algunas zonas de Israel y corren grave peligro de extinguirse.

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