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Evangélicos     dominicanos    claman    por reforma moral y espiritual

El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica hizo una reflexión en ocasión del 505 aniversario de la Reforma Protestante.

Santo Domingo, República Dominicana

El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica llamó la atención acerca de la “urgente” reforma moral y espiritual que necesita la sociedad dominicana, y al compromiso de las entidades a las que les duele el país de seguir trabajando en favor de la familia y los valores.

La entidad evangélica considera que la sociedad dominicana atraviesa una de sus peores crisis, tanto de de valores, de ética, de respeto, de la solidaridad y sobre todo moral y espiritual que amenaza con destruir la familia dominicana, sin dejar de mencionar la promoción de valores

culturales motivados por ritmos musicales cuyos mensajes son contrarios a la “buena moral y las costumbres”.

El Consejo hizo la reflexión en ocasión del 505 aniversario de la Reforma Protestante. El presidente de la entidad, Feliciano Lacen, estima que la familia, como columna indispensable de toda sociedad, está en decadencia y se están perdiendo los valores de la familia.

Lamenta que la mayoría de los padres no están criando y formando a sus hijos en valores morales, éticos, espirituales, lo que se refleja en la sociedad, en la vida cotidiana de las personas, en el comportamiento de los jóvenes, envenenados por una cultura foránea, que los incita a las cosas fáciles, al sexo libre, al consumo de drogas y alcohol.

Lacen estima que las instituciones morales del Estado, en específico las congregaciones cristianas, están llamadas a cumplir el requisito fundamental de todo discípulo de Cristo: ser “sal y luz”, en una sociedad insípida y oscura que da riendas sueltas al placer, a la inmoralidad, y a lo irracional, lo que atenta contra la vida de los no nacidos, y confina hasta la muerte a los ancianos, por ser una pesada carga para las familias.

Deplora como las élites, intelectuales liberales, los medios de comunicación, las redes sociales, y los formadores de opinión venden sus ideas de que la homosexualidad es un estilo de vida alternativo, que el género es una construcción social, y que la unión entre personas del mismo sexo es tan moral y estable como las relaciones normales.

“Llegamos a la conclusión de que la época que nos toca vivir está totalmente podrida, oscura, y donde la moralidad ha pasado de moda. Una sociedad caracterizada por el secularismo que amenaza nuestra civilización”, concluye.

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