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Incidencia de las criptomonedas y tecnología blockchain en el futuro del medio ambiente y el cambio climático

Por Enersi Georgina Mateo

El fenómeno de las monedas digitales o criptomonedas y la tecnología blockchain han venido a significar un cambio de paradigma en nuestro diario vivir, no solo en lo que respecta al sistema monetario tradicional, sino también en la manera en que nos podemos llegar a relacionar con las personas y las instituciones públicas y privadas, migrando a un sistema de facilidad de intercambio y seguridad.

Las criptomonedas son monedas virtuales que utilizan como medio de intercambio una red P2P, en ingles peer-to-peer (par a par o de igual), sin necesidad de tener a un intermediario para realizar las transacciones, es decir, no se necesita de una entidad de intermediación financiera u otra entidad o persona para proceder al pago o realizar cualquier transacción con esta moneda, característica que permite que la misma sea utilizada de manera más directa y segura.

Aunque si bien es cierto que ningún sistema informático es infalible, no es menos cierto que la seguridad de estas monedas digitales es extremadamente alta frente a la moneda tradicional.

Por su parte, la tecnología blockchain o cadena de bloques es el canal, sustento y/o libro registro a través del cual se mueven las transacciones realizadas con las criptomonedas mediante un sistema cifrado. La utilización de la criptografía en la cadena de bloques es la que respalda la integridad de los datos en su funcionamiento. Ésta es la que permite asegurar la información mediante la encriptación de la información, es decir, cada bloque de la cadena posee información inalterable de las transacciones que en ella se realicen, guardando una identidad única para cada bloque que no puede ser modificada, debido a que posee una huella digital registrada, traducida en un código hash.

Ahora bien, se defienden posiciones antagónicas más allá de los beneficios que puedan llegar a ofrecer el uso de las criptomonedas. Resulta controversial el consumo energético y la gran huella de carbono que ocasionan al medio ambiente, en especial la criptomoneda  Bitcoin.

Para poder mantener la seguridad, estabilidad y confiabilidad en la logística de las transacciones con la criptomonedas en la cadena de bloques, se necesita realizar el conocido mining, o minería de criptomonedas, protagonizados por los mismos usuarios del blockchain e identificados como miners, que son los encargados de la producción de las criptomonedas y de crear el código hash, utilizando sofisticados software y  maquinas especiales para estos fines.

Toda esta parafernalia resulta sumamente lesiva para el sistema eléctrico mundial, puesto que se deriva en un alto consumo energético para poder realizar las operaciones de mining. Según estudios realizados en el año 2019 por la Universidad de Cambridge y el Centro Cambridge para la Alternativa Financiera, al comparar el consumo de energía de la red Bitcoin con el consumo de otros países, se llegó a la conclusión de que, en el caso hipotético de ser la red Bitcoin un país, consumiría más energía eléctrica que naciones como Argentina.

El impacto ambiental que acarrea un alto consumo energético, que en su mayoría parten de la quema de combustibles fósiles, provocan que se produzca un sobrecalentamiento del planeta al producirse un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero, y por vía de consecuencia,  un agravamiento de la problemática del cambio climático a nivel mundial.

En lo concerniente a la utilización de la tecnología blockchain, este tipo situaciones condenatorias de las criptomonedas ante la palestra pública no han logrado menoscabar los grandes avances que se han venido realizando en la cadena de bloques, dentro del marco de fortalecimiento institucional y propuestas de mejora en temas ambientales y cambio climático.

El impacto de la tecnología blockchain se extrapola a otros contextos, no solo se limita al uso de las criptomonedas. Su funcionabilidad y adaptabilidad permiten que se puedan implementar programas sustentables dentro de la tecnología  de la cadena de bloques, la cual tiene una ventaja inminente: la trazabilidad de los servicios y transacciones.

Las ventajas de la trazabilidad del blockchain pueden traducirse en el rastreo y registro de la huella de carbono de los productos que podemos llegar a consumir, rastreo del historial de cumplimiento de las compañías en estándares ambientales e impuestos sobre el carbono, seguimiento de la reputación medioambiental de entidades, entre otras ventajas. Actualmente existen varios proyectos sustentables en la cadena de bloques, tales como RecycleToCoin, Bitgive,  Plastic Bank, Bithope, por solo citar  algunos.

A pesar del panorama difuso que vaticina la tecnología blockchain y las criptomonedas, queda claro que nuestros hábitos de consumo tienen un impacto directo en el medio ambiente, y determinan el presente y el futuro que queremos para nuestro planeta. Para bien o para mal, el blockchain viene a proporcionarnos un aliciente más para lograr combatir y mitigar el cambio climático con propuestas innovadoras, de igual manera,  viene a reconfigurar la manera en que nos relacionamos con los productos que consumimos, la manera en la que actuamos, y la manera en que adquirimos los servicios de la vida cotidiana, aumentando nuestra conciencia ambiental individual y colectiva a través de tecnologías eficientes.

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