Tragedia en la discoteca Jet Set: entre la negligencia, la corrupción y el dolor, y muerte de un icono Dominicano del merengue


Por: Dr Ygnacio Diogenes Arias
OjaDiario abril, 9 2025
La reciente catástrofe ocurrida en la discoteca Jet Set ha dejado un saldo trágico de más de 115 personas fallecidas, convirtiéndose en una de las peores tragedias urbanas de los últimos años. Aunque el lugar no era un edificio de gran altura, sino un simple local comercial, su colapso y la falta de una respuesta rápida y eficiente por parte de las autoridades ha generado indignación y dolor en toda la comunidad.
Diversos testimonios apuntan a una grave negligencia en la gestión del rescate. En lugar de actuar de inmediato para remover escombros y rescatar posibles sobrevivientes, los primeros equipos en llegar se enfocaron en instalar cámaras y asegurar la escena, perdiendo un tiempo valiosísimo. Muchos creen que, con una movilización urgente de cientos de efectivos y maquinaria adecuada, se podrían haber salvado muchas más vidas.
Más allá de la respuesta tardía, esta tragedia también ha destapado lo que muchos califican como una red de corrupción. Según denuncias, el propietario del local habría pagado sobornos a autoridades locales para evadir controles de seguridad, lo que permitió que el establecimiento continuara operando a pesar de no cumplir con las normas mínimas requeridas. Cabe recordar que el mismo lugar ya había sufrido un incendio años atrás, lo cual debió haber derivado en su clausura y demolición, algo que nunca ocurrió.
Hoy, las consecuencias de la impunidad y la complicidad institucional están a la vista: más de cien familias destruidas y una ciudad sumida en la indignación. Esta tragedia no puede quedar impune. Es necesario que se investigue a fondo, se sancione a los responsables y se tomen medidas reales para que hechos como este no se repitan nunca más.
Por otro lado
El país despide con profundo dolor a uno de los grandes íconos del merengue nacional, Ruby Perez cuya voz y carisma marcaron generaciones y pusieron en alto la identidad cultural dominicana a nivel internacional. Su legado musical, que forma parte del alma del pueblo, seguirá vivo en cada fiesta, en cada rincón donde su música aún hace vibrar corazones. Más allá de su talento artístico, este gran exponente del merengue fue también un símbolo de alegría, resistencia y orgullo nacional. Su partida deja un vacío imposible de llenar en el corazón de los dominicanos y amantes de la música tropical en todo el mundo. Hoy no solo lloramos la muerte de un artista, sino de un referente de nuestra historia musical. Que su legado siga sonando con fuerza y que su ejemplo inspire a las futuras generaciones de músicos. Paz a su alma.