Por César Abrique/profesor UASD
Especial OjaDiario
Los gremios tienen como misión reclamar demandas reivindicativas para mejorar las condiciones económicas y laborales de sus miembros. La lucha ejercida por FAPROUASD no está exenta de ese compromiso con sus representados, pues las demandas benefician a todos de igual a igual.
Múltiples desafueros e improperios han llovido contra el sindicato que moviendo una masa anquilosada, dispersa y otras veces apática para integrarse a la lucha haya logrado presionar a las autoridades ha realizar un reajuste salarial que aunque pírrico es una conquista arrebatada a los ingresos planificados a otras tareas de la gestión que maneja el presupuesto.
Epítetos de los detractores, como indolentes, irracionales, abusadores, insensatos, incoherentes, insensibles, incluso, cuánto quieren de salario si ganan bien, se levantaron como consignas contra los profesores de la universidad.
El descrédito invitaba a buscar una alternativa viable que restablezca la docencia para disipar la carga del pueblo abatido por la corrupción imperante de la pasada administración de gobierno y la pandemia del covid 19, sobre todo, aquel sector que por su complejidad económica no puede elegir la universidad deseada para su preparación profesional.
En esa guerra reivindicativa se ganó una batalla que llama al profesorado a fortalecer a FAPROUASD para dar continuidad al pliego de demandas que aún están pendientes.
Enhorabuena, felicitamos la gallardía de los directivos del gremio por la conquista alcanzada, las autoridades de la UASD y la Mescyt, que por vía del diálogo lograron un acuerdo.
