Opinión

Choferes imprudentes: ¿Ampliación y arreglos de carreteras? o fábricas de accidentes

¡Oja-Lá me escuches!

Por: José Baldera

Martes 16 de mayo del año 2023

La Autopista de San Isidro de la provincia Santo  Domingo Este,  construida por el dictador Trujillo en la década de los 50, a pesar de que a partir  del año 2011 cambió su nombre a Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez  (en honor a Fernández Domínguez, considerado uno de los principales ideólogos constitucionalistas que luchó por el retorno de Juan Bosch al poder en 1963, además un mártir en la Guerra de 1965), todavía sus munícipes la siguen llamando   por su nombre original.

 Lo cierto es que desde marzo del año 2021 esta importante vía y arteria comercial de la zona se ha sometido a una  ampliación que va desde la avenida Charles de Gaulle  hasta la Base Aérea de San Isidro. Esta es la segunda etapa, ya que se había realizado en su primera etapa, desde la autopista Las Américas hasta la Charles de Gaulle.

Estos trabajos han traído muertes, dolor y llanto a sus usuarios debido a que no cuenta con ningún tipo de señalización que advierta a los conductores del peligro que existe en las vías tales como zanjas, obstáculos, montañas de piedras y arena, escombros y un largo etcétera. La división de los carriles opuestos se están realizando  con un muro tipo ‘New Jersey’, hecho en concreto, el colmo es que hay que hacer un giro obligatorio y repentino, en  un tramo, ya que no puede continuar puesto que está cerrado, y te encuentras precisamente con el ya mencionado muro divisorio el cual se encuentra en el mismo medio de la trayectoria que de forma obligada hay que seguir.

Este lugar se ha transformado en una fábrica de accidentes donde, en el mejor de los casos, suelen salir con daños severos, y muchos han perdido la vida en el citado lugar y en otras partes de la intervenida arteria vial. Las estadísticas están ahí, no queremos seguir contandolos muertos, no queremos más dolor ni sufrimiento.

Hacemos un llamado al Gobierno Dominicano para que cada vez que se inicien trabajos de esa naturaleza, manden a los responsables a realizar un ‘curso de  señalización vial’, y la exigencia de usar el sentido  común, para no dejar ningún tipo de  escombros en medio de las vías.

Las ciudades y los pueblos se desarrollan con vías de acceso, pero si tenemos que pagar con sangre, dolor y llanto nuestro desarrollo, mejor dejen las ‘cosas’ como están, ya que ‘nos está saliendo más cara la sal que el chivo’.

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