LOS RÍOS NO SON ACUÍFEROS
Leonardo Mercedes M.
Con muy alta frecuencia vemos en diferentes medios de información impresos y digitales y escuchamos en programas de radio y TV a periodistas, columnistas, directores, comentaristas, profesionales de las diferentes ramas del saber, en fin, a muchas personas usuarias de dichos medios, emplear el término “acuífero” para referirse a ríos, lagos, lagunas o cualquiera fuente de agua superficial corriente o estancada, cual si fueren sinónimos. Sin quererlo, golpean el lenguaje, ya que los ríos no son acuíferos, como tampoco ninguna de las otras fuentes citadas.
En interés de contribuir con los amigos de los medios a un adecuado manejo del término, a partir de un mayor conocimiento del concepto, me permito hacer las siguientes precisiones:
En el Diccionario del estudiante, de la RAE, leemos: “acuífero, acuífera… adj. Dicho de capa o vena subterránea: Que contiene agua.”. Una definición simple de la Asociación Mundial del Agua (GWP por sus siglas en inglés) es que: “Un acuífero es un volumen subterráneo de roca y arena que contiene agua”. Otra de la Alianza de Protección del Acuífero Mahomet nos dice que: “En realidad, un acuífero es un cuerpo de roca o sedimento que está completamente saturado …”.
Ahora bien, yendo al campo de las ciencias del agua para una definición más completa del concepto, y combinando definiciones de varios autores, podemos decir, con toda propiedad, que un acuífero es una formación geológica saturada formada por una o varias capaz permeables de rocas, arenas o sedimentos, asentadas sobre una capa impermeable, que acumula y permite la circulación del agua subterránea y es capaz de cederla.
Como bien puede verse, el término “acuífero” se refiere a un sistema compuesto, en primer lugar, por una formación geológica rocosa o arenosa donde permanecen, en forma estática o dinámica, las aguas subterráneas, que se infiltran o han infiltrado desde la corteza terrestre, procedentes de las lluvias, deshielos u otras fuentes. Por esta razón no es correcto llamar acuífero a ningún río, noria, lago laguna, manantial, humedal o cualquiera otra fuente o cantidad de agua superficial corriente o estancada.
Asimismo, es incorrecto decir “Recursos Acuíferos” para referirse a la totalidad del agua de todo tipo de que dispone el país, porque esta expresión solo se refiere a las aguas subterráneas, siendo más adecuado, decir “Recursos Hídricos”, que lasincluye a todas.
Cuando el agua subterránea fluye a través del acuífero, por la porosidad o permeabilidad de sus capas de rocas o arenas, este se convierte en una especie de conducto que puede dar lugar a la formación de flujos subterráneos (no ríos) que terminan disponiendo sus aguas en ríos o zonas de recarga, tales como: lagos lagunas, manantiales, pantanos y otros. En cambio, cuando el agua subterránea permanece estática por la impermeabilidad del sistema, el acuífero se convierte en depósito natural de almacenamiento de agua con capacidad limitada, útil para variadas actividades, que puede ser extraída por medios diferentes.
Pero si durante un periodo de tiempo determinado se le extrae mayor volumen de agua que el que le entra (recarga) el acuífero perderá su utilidad y hasta podría llegar hasta secarse. De manera que, los acuíferos hay que protegerlos de la sobreexplotación y de la, normalmente subsecuente, intrusión salina, porque en los 4,500 acuíferos que tiene el país, tenemos alrededor de 2,000 MM M3 /año promedio, según los estudios de J. Karanjac y del INDRHI.
Otro término, también mal empleado con frecuencia en los mismos ámbitos, es el de afluente, con el que se acostumbra a llamar indistintamente a cualquier río. Pero resulta que, aunque los afluentes son ríos, no todos los ríos son afluentes, sino solo aquellos que descargan sus aguas a otro río, secundario o principal, siendo este el río a cuyo cauce van a parar todas las aguas superficiales de la cuenca, que se encarga de depositarlas en el cuerpo receptor final y de darle el nombre a la cuenca. Afluente es también un término usado para designar el agua que entra en una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) para ser descontaminada.
Por otro lado, y con parecido nombre, están los ríos que se derivan de otro río; son los efluentes, término que también se usa para identificar el agua ya tratada que sale de la PTAR y que debe cumplir los requisitos de las normas de descargas del Ministerio de Medio Ambiente para poder ser descargadas en los cuerpos receptores sin causar contaminación ni problemas subsecuentes. FIN
NOTA, El autor es Ing. Civil, con Máster en Ing. Sanitaria y Ambiental del INTEC