LIRIO ROJO DE OJO NEGRO

22 Abril del año 2025/ Por: DAJEO
Lo conocí en mi trabajo, era un hombre alto, de tez morena y sonrisa perfecta, casi como saliendo de una telenovela, un galán en todo el sentido de la palabra, sin mencionar su forma tan amable, atenta y humilde, ‘’ La fantasía de cualquier mujer’’, y como en las historias de amor, me enrede con sus palabras, una y otra vez, hasta que ya no hubo la salida.
Todo comenzó con una salida, fuimos a tomar un café, y al pasar de los días prácticamente ya teníamos una relación perfecta. Todo era rosas, chocolates y caricias, hasta que indiscutiblemente me case con él.
Mi luna de miel o más bien mi fantasía, solo duro un mes, al parecer yo solo era un trofeo, un objeto el cual llenaba su ego ante sus amigos y desconocidos, un adorno para el rey que él se creía ser.
Desafortunadamente el trofeo perdió su brillo y como tantos otros, en una habitación en penumbras, bajo una manta entre el polvo y chucherías, hace tiempo olvidadas. Pero ya era tarde estaba totalmente perdida entre su red de halagos, de palabras dulces, de cuidados y atenciones, que para muchos era el sueño de cualquier mujer, peor par ami ya era parte de recuerdos de antaño, y que yo y solo yo, aún creía que existían, como en las leyendas de los cuentos de hadas, me aferre a esa mentira, como niña ilusa, me quede ahí en mi nube y sueño de fantasías; hasta ese día, el día en el que caí de esa nube, la cual fue una caída tan profunda que penetraba los confines de mi alma.
Una noche, prepare una cena romántica con el fin de sorprenderlo, una cena con toques eróticos, velas rojas, copa de vino y su cena favorita, pretendía ser una noche perfecta…. ¡Llego!, y como siempre yo, llena de esperanza y decidida a revivir la pasión, como endemoniado el tiro la puerta y dijo: ¿Qué demonios es esto?, ¿no has visto lo gorda que estas para ponerte esa lencería?, yo con todo mi amor e ilusión genuina había preparado esta noche romántica con el fin de decirle que seriamos padres, pero hundida en un mar de lágrimas, esta noche que se había convertido en la más oscura de toda mi vida, forzando una sonrisa que no llegó a ser más que una mueca entre el dolor y tristeza, con solo un susurros pude decir… ¡Papá, vas a ser papá!
Su respuesta fue que si me estaba volviendo loca. ¡Crees que estoy para relajos!, estas fueron las palabras más dolorosas que había escuchado en toda mi vida.
Fui a la habitación, me vestí, con la intención de salir a tomar aire, y fue ahí cuando sentí su mano hundiéndome en un abismo, no creía que era el, no pude controlar mi cuerpo, caí en el sofá que se encontraba justo al lado de la puerta, me encontraba atónita, su cuerpo se balanceo sobre mí, me tomó del cuello y sin pensarlo empezó a marchitar aquella flor, la cual aún apenas era solo un capullo, sentí que mi mundo se había acabado, mi casa se volvió un manto rojo frente a mis ojos, cada golpe retumbaba en mis oídos como tambores anunciando mi muerte.
Aún tengo vivo ese recuerdo el cual pasa como una película frente a mí, persiguiéndome en cada paso que doy, pero sigo aquí, a pesar de estar incapacitada de mis extremidades inferiores y con la tristeza de no poder tener hijos, pero aún aquí no pierdo la esperanza y sigo esperando que se haga justicia, viendo como corre el tiempo, como un infierno inyectado a mí, a fuego lento en la oscuridad.