Opinión

La Resurrección de Jesús: Un Milagro que la Humanidad Aún No Ha Terminado de Comprender

Domingo 20, abrir 2025, por Kelvin Isidro Valdez

Vivimos en un mundo acelerado, donde las prioridades se centran en lo inmediato: trabajo, redes sociales, dinero, éxito.

La resurrección de Cristo Jesús es, sin duda, el evento central de la fe cristiana. No se trata solo de un hecho histórico o de una tradición que se celebra cada año en Semana Santa. Es el corazón mismo del mensaje evangélico: que la muerte ha sido vencida, que la esperanza ha triunfado y que el amor de Dios se ha revelado en su forma más poderosa. Sin embargo, muchos de nosotros vivimos hoy sin ser plenamente conscientes del impacto eterno que este acto tiene sobre nuestras vidas y sobre la historia de la humanidad.

¿Qué ocurrió realmente en la resurrección?

Después de ser traicionado, juzgado injustamente, torturado y crucificado, Jesús murió y fue sepultado. Para el mundo de ese entonces, parecía que todo había terminado. Sus discípulos estaban desorientados, temerosos y escondidos. Pero al tercer día, algo extraordinario ocurrió: Jesús resucitó. El sepulcro vacío en donde fue colocado, no solo fue una señal de que su cuerpo ya no estaba allí, sino de que la muerte misma había sido derrotada.

La resurrección fue la confirmación divina de que Jesús es quien dijo ser: el Hijo de Dios, el Salvador del mundo. Fue la validación de su mensaje, de su sacrificio y de su amor. Sin la resurrección, la cruz sería solo una historia de sufrimiento. Con la resurrección, la cruz se transforma en victoria.

¿Qué significa esto para la humanidad?

Esperanza eterna: La resurrección de Jesús no fue solo para Él. Fue el inicio de algo más grande: la promesa de vida eterna para todos los que creen en Él. La muerte ya no es el final. Hay una esperanza más allá de esta vida.

Redención y perdón: Su sacrificio fue el pago por nuestros pecados, pero su resurrección fue la prueba de que ese sacrificio fue aceptado por Dios. Hoy tenemos acceso al perdón, no por nuestras obras, sino por su gracia.

Un nuevo comienzo: Jesús resucitado ofrece a cada ser humano una nueva oportunidad. No importa lo roto, lo perdido o lo alejado que uno se sienta. Su resurrección es un llamado a levantarnos con Él, a vivir una vida con propósito y esperanza.

Victoria sobre el mal: En un mundo lleno de injusticia, dolor y caos, la resurrección nos recuerda que el mal no tiene la última palabra. Dios ha intervenido en la historia. La oscuridad no puede apagar la luz.

La tumba vacía representa que Jesús esta vivo y que venció la muerte de una vez y para siempre

¿Por qué no valoramos su importancia?

Vivimos en un mundo acelerado, donde las prioridades se centran en lo inmediato: trabajo, redes sociales, dinero, éxito. En medio de ese ruido, el mensaje de la resurrección parece lejano, casi como una historia del pasado. Pero no es una historia antigua; es una realidad viva que sigue transformando vidas.

Muchos decimos creer en Dios, pero no vivimos como si la resurrección tuviera un impacto real en sus días. ¿Por qué? Porque se ha perdido la conciencia del sacrificio que Jesús hizo, del precio que pagó y del poder con el que venció. Celebramos la Pascua con huevos y fiestas, pero olvidamos que detrás de eso hay una tumba vacía que cambió el destino del mundo.

Un llamado a reflexionar

Hoy más que nunca, necesitamos volver al centro del mensaje cristiano. No como una religión vacía, sino como una relación viva con aquel que venció la muerte. La resurrección de Jesús es una invitación a vivir con propósito, con fe, con gratitud y con la certeza de que no estamos solos.

Es momento de despertar a esta verdad. De valorar lo que significa que Jesús esté vivo. De entender que su resurrección no es solo un evento del pasado, sino una fuerza activa que puede transformar nuestro presente y asegurar nuestro futuro.

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