Opinión

La libertad de expresión e información como elemento estratégico de control social

Por Enersi Georgina Mateo

La evolución histórica que ha tenido la libertad de expresión e información a través del tiempo ha sido siempre controvertida. La relevancia que en esta reside ha sufrido una mutación esencial que ha venido a significar un motor de arranque para grandes cambios sociales a nivel nacional e internacional.

La libertad de expresión e información es un derecho fundamental consagrado en la Constitución dominicana en su artículo 49, donde versa que: Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa.

Este derecho no solo tiene rango constitucional, sino también que se encuentra recogido en varios instrumentos internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, entre otros.

Otorgarle carácter internacional a la libertad de expresión e información supone que esta tenga un alto alcance, puesto que se derivan ciertas regulaciones, protecciones y responsabilidades a nivel interno para los países que sean signatarios de estos mecanismos internacionales.

El derecho a la libertad de expresión e información permite que un individuo o la colectividad puedan expresar todo aquello que piensen u opinen, y que estos puedan difundir sus ideas por cualquier medio, sin que estos puedan sufrir una consecuencia negativa por el hecho de ejercitarlo.

Igualmente, garantizar el acceso a la información pública promueve que los individuos en sociedad ejerzan una mayor participación en los temas que sean de interés para la sociedad, y por lo tanto acarrea un mayor control democrático.

Por otro lado, el derecho a la libertad de expresión e información supone ser la columna vertebral del control social de la colectividad sobre sus gobernantes y funcionarios de la gestión pública, asimismo viene a ser el aliciente idóneo para solventar las problemáticas que sean de interés público.

Este derecho ausculta la verdadera razón de ser de un Estado social y democrático de derecho al permitir que los individuos en sociedad puedan ejercitar un control y vigilancia sobre las actividades estatales, o aquellas que no sean de carácter estatal, pero que resulten lesivas al interés común, de modo que, se configura el ideal de respeto a la dignidad humana y al orden social en las sociedades democráticas al garantizar estos derechos.

Es a partir de estas finalidades donde surgen todos y cada una de los elementos que comprenden el empoderamiento democrático de la colectividad y el verdadero cambio social, y que se ha ido perfilando a través del tiempo en temas como la participación de la mujer en la sociedad, la segregación racial, la rendición de cuentas y transparencia de las entidades públicas, o la responsabilidad de instituciones que ocasionan daño medioambiental.

Cabe advertir por otro lado que, el derecho a la libertad de expresión e información tiene ciertas limitaciones. Este derecho al ser ejercitado no puede lesionar otros derechos fundamentales tales como el derecho a la intimidad, derechos de autor, derecho a la integridad (por mencionar algunos).

Es indudable plantear que todo aquel que valore la democracia debe abogar por el respeto de la libertad de expresión e información. En consecuencia, el Estado debe garantizar la defensa plena y legitima de estos derechos y no limitarlos para alcanzar una verdadera justicia social y construir una sociedad democrática, equitativa e igualitaria.

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