Opinión

Fuera de Tinta tibia y dentro del temario esencial del suscrito.

Por Domingo Guerrero/México

Mañana, en dos grandes del continente, con las obvias salvedades para que eso de «grande» no suponga un absoluto categórico y no vernolas con Kant o Hegel, ni una «verdad» como evidencia, no nos vaya a corregir el macedonio de Aristóteles, en México y el Perú, habrá elecciones de medio termino, en uno, y la segunda vuelta o el balotaje en el otro. En México, será y supondrá la contienda más grande en su historia con 500 diputos federales, 15 gubernaturas, de las 32 existentes, y más de 20 mil cargos estatales y municipales en juego, un referendo para AMLO, Andrés Manuel López Obrador, el Peje, (está palabra, «Peje», me ha resultado difícil pues el corrector, el teclado inxiste en ponerme otra), el presidente, una medición popular, una aprobación o no, a su magno proyecto de transformación estructural para acabar, intentarlo al menos, con el Modeló Neoliberal que ha reducido al Estado a su más mínima expresión desde el mantra de «más mercado, menos Estado» impuesto al mundo desde hace más de 30 años por los guruses de la «Escuela de Chicago» y la receta Macroeconómica de su mejor alumno, Milton Friedman, judío para jodernos tuvo que ser.

La contienda representa las visiones de dos modelos contratados entre el oficialista Mrena y el arcoiris de la izquierdas y sus graduaciones y el PRI, el PAN y los restos fósiles del PRD escuelas hoy del trapudurismo más evidentemente y vigoroso en eso desvirtuado, prostituido y degradado en se ha convertido la política sin Política en los tiempos que discurren. En cifras las elecciones mexicanas suponen: 500 diputaciones federales, 15 gubernaturas de las 32 existentes y más de 20 mil cargos estatales y municipales en juego.

Para entender estos comicios en clave de género, en color clavel, son las primeras en el mundo donde en términos cualitativos y cuantitativos más candidatas, hijas de Eva, disputarán puestos electivos; casos de serías posibilidades existen en: Baja California Sur, Colima, Campeche, Guerrero, Tlaxcala y Zacatecas, un hito político y social desde las conquistas de las féminas europeas y las de este lado del charco reclamando el sufragio y horas de «Chamba».

Por supuesto que aspiremos pueda el proyecto de la 4T, «nueva transformación de México» pueda alsarce con la inmensa mayoría de los cargos en disputa.

Ojalá mañana Dios se levanté con ánimo de hacer milagros y así sea; el bíblico, el de los Panes y los peces fue posible, dicen, por qué había panaderos y pescadores en Cafernaun que primero lo hicieron con las manos.

En Perú, todo aparenta ser más previsible, la segunda vuelta, el balotaje, termino que parece no significar lo que designa, enfrenta al izquierdista, Pedro Castillo, del puntero «Perú Libre» y a la Keiko Fullimori, de «Fuerza Perú», ya el nombre nos alude cómo gobernó el Nipón, Alberto, su padre y cómo pudiera hacerlo ella.

No sentimos cosa menos que deseable que en uno de los grandes del Sur, que si existe, se imponga el sindicalista Castillo, el representante de los que no tienen nada, contra la empresaria que agrupa a los que siempre quieren más. Los Chamanes de las montañas frías invocan al fuego y a los espíritus ancestrales para que no haya milagros, sino resultados, el de las voluntades dobladas y puestas en las urnas. ¡Pachamama manifiéstate!.

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