Opinión

El goce espiritual en tiempo de crisis

Por: Sauris Ramírez/periodista

Especial OjaDiario

Ante tanta incertidumbre y estrés a la que estamos sometidos a causa de este encierro cuarentenario y la realidad de salud que enfrenta la humanidad y nuestra sociedad debemos mitigar o contrarrestar tanto bombardeo de informaciones negativas y la manera como le afectan a nuestro espíritu con algunas estrategias que permitan sanar el estado anímico que nos generan todas estas situaciones.

 Propongo en estos días que tenemos un tiempo más relajado para hacer otros quehaceres, no propios de nuestra vida ocupacional normal, aprovechar la oportunidad que nos da la era digital para disfrutar al escuchar y aprender más sobre la música clásica y sus principales representantes.

 Es buen momento para permitirle a nuestros sentidos deleitarnos con las principales obras, que son joyas musicales de la composición clásica y tesoros invaluables de la humanidad.

De esta manera no solo nos deleitamos, sino que fortalecemos nuestro bagaje cultural, con un conocimiento y dominio de un tema que tiene suma importancia.

 Vamos a realizar un recorrido por las obras de Antonio Vivaldi, Johann Sebastian Bach, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven; entre otros tantos genios de la bien llamada música clásica, culta o académica.

Les aseguro que este es un buen mecanismo para desintoxicarnos y destresarnos, al tiempo que nos ponemos a tono con un área cultural que nos genera un deleite espiritual capaz de contribuir de forma positiva a mejorar nuestro estado anímico y psicológico, aportando una merecida medicina a nuestra salud emocional, algo de mucha importancia en estos momentos.

 Esta propuesta es sólo una a la que podemos acogernos en la vastedad de alternativas que se ajusten a nuestros intereses. Dentro de estas, analizar estadísticas deportivas, retomar las lecturas de algunas obras literarias que nos atraigan, elaborar algún bosquejo o continuar la escritura del libro que por falta de tiempo no hemos avanzado, plasmar algún proyecto tenido en mente, realizar algunos de los tantos cursos que de forma gratuita nos dan muchas plataformas digitales, hacer ejercicios domésticos  o cualquier otro quehacer o actividad que no incluyan el violar el protocolo de salud a los cuales estamos sometidos.

 Aprovechemos, y no nos dejemos afectar por esta realidad de la salud mundial, que puede influir directa e indirectamente en nuestro bienestar físico, mental y social.

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