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Sergio Vargas el merengue lo sacó a la pista

Santo Domingo, RD

Hace justo 40 años, en 1981, Sergio Vargas llegaba a la capital dominicana desde su natal Villa Altagracia con olor a caña, un traje que tuvo que arreglar porque le quedaba grande y unos zapatos rojos que le regalaron “para que fuera bien presentado” al Festival de la Voz, que ese año organizaron el músico Rafael Solano y el productor de televisión Yaqui Núñez del Risco.

Aunque en ese evento quedó en segundo lugar, en ese escenario comenzaron sus pasos por el mundo de la música hasta lograr un largo recorrido, sobre todo en el merengue, y que la noche del jueves fue alfombrado para recibirlo como un artista cimero, merecedor de su primer Latin Grammy.

Con su disco “Es merengue, ¿algún problema?”, el artista dominicano ganó la categoría de “Mejor álbum de merengue y/o bachata” de los Latin Grammy, que entregó la Academia Latina de la Grabación en Las Vegas, Estados Unidos.

República Dominicana celebra este galardón para un artista que evadió con fortaleza un destino impredecible marcado por la pobreza y que se hereda en los ingenios de caña.

Con su talento, poseedor de una voz de caña y azúcar, se coronó con los años en un soberano de la música popular dominicana.

Así como en 2018 quedó marcado como un año que selló su trayectoria musical en República Dominicana tras recibir el Gran Soberano de los Premios Soberano, de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) y Cervecería Nacional Dominicana, el 2021 lo certifica con el anhelado Latin Grammy, que lo redimensiona en lo artístico.

Este galardón es una bendición, totalmente en un mundo diferente a los años 70, en los que él se encontraba ante la incertidumbre de aquellos años en que su padre era trabajador del ingenio de Villa Altagracia, ciudad donde nació hace 61 años y de la que proclama con frecuencia ser su hijo orgulloso.

Su madre murió en 1966 cuando él tenía seis años y tuvo que sumarse a buscar el sustento de una amplia familia de trece personas.

Su progenitora lo bendijo desde el cielo y este día también debe sentirse orgullosa de su hijo, como todo el pueblo dominicano.

Es precisamente a los 10 años de edad cuando Sergio Vargas hizo conciencia de que era huérfano y tenía que fajarse a trabajar.

La muerte de su madre, Ana Parra (de 26 años) le dejó un vacío y el alma desgarrada. Junto a cuatro hermanos, vivía en el batey Las 80 Casitas de Villa Altagracia.

Allí entablaba un pleito frecuente con Dios, pues no entendía por qué no podía, como sus primos, tener la dicha de envolver unas tazas o unos platos en papel celofán y entregárselos a su progenitora el día de las madres.

Sergio creció anhelando ese amor por su progenitora. Así la recordaba en una entrevista con LISTÍN DIARIO: “A mi madre la asesinaron. Fue al hospital y ella le dijo al médico que era alérgica a la penicilina y él le dijo: – si eres médico cúrate tú; la inyectó y mi madre falleció”.

Aunque no ha estado físicamente, Ana Parra siempre lo ha acompañado. El merenguero sostuvo que la ha visto en momentos significativos de su vida.

“A mí no me gusta hablar de eso porque la gente dirá que estoy loco. Recuerdo que el día que grabé el tema La Quiero a Morir vi esa mariposa que tenía el rostro de mujer y que voló por todo el estudio mientras estaba grabando; inmediatamente supe que era mi madre”.

Así también dijo que la vio como una sombrilla evitando que no lloviera cuando se presentó en el anfiteatro Altos de Chavón (1988) y en medio de unas cortinas en el hotel Jaragua cuando ensayaba para un espectáculo en 1990.

De esos tiempos quedan los recuerdos, pero que no se olvida, como también recordará durante el resto de su vida la noche del 18 de noviembre del 2021 cuando recibió el gramófono dorado.

Sergio ganó la categoría especial de «Mejor álbum de merengue y/o bachata», donde competían, además, sus compatriotas Alexandra con “Bachata Queen”; Manny Cruz, “Love Dance Merengue”; Luis Segura, “El papá de la bachata, su legado (Añoñado I, II, III, IV)” y Fernando Villalona con “Insensatez”.

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El álbum “Es Merengue ¿Algún Problema?”, cuenta con 15 canciones como: “Boquita”, “Amiga”, “Canalla”, “Despilfarro”, “Pobre diablo”, “En un solo día”, “Felicia”, “Las vampiras”, “Medley bolero”, “Convergencia / blanca”, “No te puedo olvidar”, “El guardia del arsenal”, “Por ti” (For you love), “¿Qué estás buscando?”, “Si pudiera decidir” y “Soy lo prohibido”.

Sergio Vargas aprovechó el escenario del Latin Grammy, en Las Vegas, para referirse a la crisis socio-política de Haití, país que vive “una crisis de mucha tristeza” en la región del Caribe.

“Los invito a que vengan a la República Dominicana y veamos el problema de Haití juntos, y le demos un abrazo a esa región en el Caribe que tanto nos necesita”, expresó el “Negrito de Villa” en el evento en Las Vegas, Estados Unidos.

Vargas resaltó que viajaba desde “una región en la misma ruta del sol” en la que “compartimos la isla con Haiti” y “hoy esta región envuelta en una crisis de mucha tristeza: Haití”.

También dedicó el premio a Villa Altagracia, “un pueblo al norte de la capital dominicana, Santo Domingo” y a su disquera J & N Récords.

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