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¿Cuánto vale mi voto?

En un país imaginario, que pudiera ocurrir algún día la venta de un voto electoral y poniendo de ejemplo la República Dominicana, sabiendo que esto es un asunto ficticio, que no es real y pondremos de ejemplo, uno de los poderes del Estado dominicano, el Ejecutivo, en un dialogo con el vendedor y el comprador ¿Cuánto costaría el voto de un ciudadano?

Usted quiere que yo le dé poder vendiéndole mi voto para manejar los destinos del país y todo lo que ello implica, con un producto interno bruto, PIB de 120,629 millones de dólares, con ese poder que yo le pudiera otorgar a usted con mi voto, tendrá control y liderazgo de la producción percápita, que es de 11,156 dólares en 2023 y en este 2024 es mayor.

Ese poder obtenido con la compra de mi voto le permitiría manejar el presupuesto nacional, que es de RD$1,371,992.8 millones de pesos y dicho Poder Ejecutivo envió recientemente un prepuesto complementario por superávit en las recaudaciones por más de 35 mil millones de pesos y esos montos se incrementan cada año y hay que multiplicarlos por 4 años.

Con ese voto que yo le pudiera vender, usted va a tener un salario muy por encima de 500 mil pesos mensuales, pero además podrá nombrar funcionarios y empleados de la administración pública que ganan desde 10 mil hasta 2 millones de pesos mensuales.

Con ese poder que yo le podría dar, los funcionarios altos que usted nombre van a tener, los mejores vehículos gratis, exoneraciones de vehículos, gasolina gratis, tarjeta de representación para viáticos, viajes, comidas , seguro de salud primium internacional, etc. que pagaría yo y todo el pueblo.

Esos altos funcionarios van a manejar las compras y contrataciones del Estado para hacer carreteras, presas, acueductos, escuelas, hospitales, peajes, trenes o metros, teleféricos, etc.

Con ese poder que yo le podría otorgar con la venta de mi voto, usted tiene la facultad de otorgar concesiones de minas de oro, plata, níquel, tierras raras, petróleo, gas, etc.

Si los funcionarios que usted nombre con mi voto son corruptos, que ni pensarlo, porque se habla de un país imaginario, recibirán sobornos millonarios para permitir obras del Estado, compras y contrataciones que serán sobrevaloradas y eso implica menos escuelas, menos hospitales, menos seguridad, menos trabajo digno, etc., etc..

¿Cree usted que en ese país ficticio donde se compre un voto, quien compre el voto podría ser corrupto o corrupta?

Con ese poder que yo le transferiría si algún día se diera, vendiendo mi voto, podría manejar las fuerzas Almada, la Policía Nacional, la política exterior, en fin tendría un poder enorme con mi voto.

Como en este artículo se pone de ejemplo a la República Dominicana, como podría ser cualquier otro país, pero para que parezca real, porque somos dominicanos, si yo vendo mi voto para llegar al Poder Ejecutivo le otorgaría poder para privilegiar a 4 sectores con más de 340 mil millones de pesos de exenciones fiscales, como el sector minero, turismo, energía y zonas francas, eso significa que no pagan los 90 pesos de impuestos a la gasolina, no pagan impuesto sobre la renta, ITBIS, transferencias de inmuebles, entre otros.

Es importante destacar que en la República Dominicana no ocurre eso de la compra y venta del votos, o compra y venta de cédulas, porque se cometería un delito, así como si se usan los recursos del Estado en campañas electorales y si el dinero, que le da la Junta Central Electoral a los partidos políticos lo usaren en otra cosa, pues son susceptible de sanciones penales hasta de tres (3) años de prisión según, Ley 20-23, Orgánica del Régimen Electoral.

Algo muy importante que no se puede quedar en este artículos de cosas imaginarias es, lo que decía el educador y político español Julio Anguita “Junto a la igualdad la libertad, la libertad es que se tiene la conciencia libre, que no es lo mismo que libertad de conciencia, la conciencia libre significa que yo puedo decidir si tengo todos los elementos para formular mi decisión, estoy bien informado, estoy bien formado, me alimento todos los días, tengo un techo donde guarecerme, tengo una ropa que ponerme y una vez que tengo mis necesidades más elementales satisfechas, yo puedo empezar a pensar para ser un hombre libre”.

Continua diciendo Anguita “porque si yo tengo que buscar el trabajo, trampeando como sea, poniéndome en la cola del paro, vendiéndome por 4 perras porque tengo que comer, los míos y yo, Yo no soy hombre libre, aunque mañana me permitan que vaya a votar en las urnas. Yo voy movido por mi hambre, por mi necesidad de tener que venderme en cada momento para el trabajo.

Termino este artículo de ciencia ficción, preguntándote ¿Cuánto costaría tu voto si lo fuera a vender, con todo el poder que les daría al comprador, si esto no fuera un delito? Me gustaría conocer su respuesta.

Euren Cuevas Medina

El autor es director ejecutivo de INSAPROMA y Profesor de la UASD

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