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Australia tiene un problema. Demasiada producción de energía solar

Hace un tiempo, se llegó al acuerdo de que la energía renovable era demasiado cara y demasiado escasa como para ser una fuente viable de energía que hiciera funcionar nuestra sociedad electrificada.

Una vez se pensó que nunca tendríamos suficiente energía solar en en algunas ciudades. Sin embargo, en el sur de Australia, donde la generación solar en días soleados puede ser enorme, los reguladores de la red están teniendo problemas con la estabilidad de la misma, llegando a limitar la entrada de dicha energía a la red.

El problema encontrado por las instalaciones del sur del país es cómo controlar una red eléctrica con miles de fuentes de generación distribuidas por todo el territorio. La tenencia de placas solares en las viviendas de dicho territorio es muy popular, y sigue creciendo.

Normalmente, en una red convencional, el voltaje y la frecuencia se controlan estableciendo límites en las centrales de generación, ajustando la producción a la demanda de los clientes. Las plantas de rápida respuesta pueden conectarse y desconectarse de la red rápidamente, para cubrir los picos de demanda que puedan ocurrir.

Desgraciadamente, la energía solar no es muy fácil de regular, menos aún cuando se genera de forma independiente en miles de casas, cada una con sus propias placas e inversores. Una de las medidas que las autoridades australianas han implementado es cobrar a los usuarios la exportación de dicha energía en horas pico. También se han establecido límites en zonas de las afueras de las ciudades con una gran concentración de energía solar, ya que las subestaciones no son capaces de dar a basto.

En el sur de Australia unas 280000 viviendas (el 35% de las viviendas totales del estado) tienen su propia instalación solar en el tejado, una enorme planta solar sobre la cual las autoridades no tienen apenas control. En esta región, la energía solar ha cubierto por si sola el 100% de las necesidades. El gas, energía solar y otras fuentes de generación se han dedicado fundamentalmente a la exportación. En un futuro, esto podría ser peligroso si no hay ningún sitio al que poder exportar este excedente.

Recientemente las autoridades tomaron la decisión de desconectar el suministro procedente de 12000 viviendas, con el objetivo de mantener la demanda por encima de 400MW, un nivel lo suficientemente alto como para poder mantener conectadas las plantas de gas.

Esto se logró a través de medios relativamente drásticos, pero de no ser controlado, los voltajes habrían aumentado lo suficiente como para que los inversores solares domésticos se apagaran repentinamente en masa, lo que provocaría una caída repentina en el suministro y apagones generalizados.

Lo mismo puede suceder en el caso de caídas de tensión a corto plazo. Si un generador importante se desconecta y el voltaje de la red cae por debajo de los niveles establecidos, miles de inversores domésticos pueden dispararse repentinamente en respuesta, agravando el problema y provocando nuevamente apagones.

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